Dr. Adrian Rogers, 1931

Todo lo que una persona recibe sin haber trabajado para obtenerlo, otra persona deberá haber trabajado para ello, pero sin recibirlo..
El gobierno no puede entregar nada a alguien, si antes no se lo ha quitado a alguna otra persona.
Cuando la mitad de las personas llegan a la conclusión de que ellas no tienen que trabajar porque la otra mitad está obligada a hacerse cargo de ellas, y cuando esta otra mitad se convence de que no vale la pena trabajar porque alguien les quitará lo que han logrado con su esfuerzo, eso... mi querido amigo...
...es el fin de cualquier nación. “No se puede multiplicar la riqueza dividiéndola”.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Sábado de Humor: la imagen de Cristina K sube según Bacman

'Tito' Bacman no parece satisfecho con sus pronósticos groseramente equivocados (al menos los que difundió) para el comicio del domingo 28/06. Ahora ha reaparecido, firme en la huella y como consultor de los Kirchner, afirma que mejora la imágen de Cristina Fernandez.

Bacman trabajaba para el Grupo Clarín hasta que su Centro de Estudios de Opinión Pública hizo un 'spin-off' y se independizó, tras lo cual quedó bajo el abrigo del Frente para la Victoria. Es importante aclararlo porque Télam omite mencionarlo.



Es imprescindible recordar los acontecimientos para evaluar al personaje en cuestión.

Magdalena Tempranísimo (Radio Continental), 08/06:

"La última encuesta del Centro de Estudios de Opinión Pública le otorga a la lista que encabezan Néstor Kirchner y Daniel Scioli ocho puntos y medio de ventaja en toda la provincia de Buenos Aires respecto de la liderada por Felipe Solá y Francisco de Narváez ".

Por Continental, el director de la consultora dijo que “la mayor diferencia a favor del frente para la victoria se da en las zonas más pobres del Conurbano”.

¿Qué pasó con Roberto Bacman, dueño del Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP), que en el pasado estuvo vinculado a Grupo Clarín pero se divorciaron antes del choque entre Clarín y los Kirchner?

Desde mayo de 2003, él trabaja para la Casa Rosada. En aquel momento lo incorporó Alberto Fernández, jefe del Gabinete de Ministros, en parte por Grupo Clarín. Pero luego Bacman se integró en forma autónoma a un grupo al que pertenecen, oficialmente, Enrique Zuleta Puceiro, Analía Del Franco, Artemio López y Ricardo Rouvier.

Queda la duda acerca de Julio Aurelio ya que, al menos, la barbaridad que aquel domingo 28/06 expresó Enrique Albistur acerca de cuánto estaba ganando Kirchner en provincia de Buenos Aires, siempre se atribuyó a un boca de urna de Julio Aurelio/Aresco.

Ahora, Y, sin pudor, Bacman reapareció para el siguiente despacho de la agencia estatal Télam:

"Crece la imagen positiva de Cristina y la expectativa para 2010 es optimista"

La imagen positiva de la Presidenta se ubica entre el 46 y el 52 por ciento en base a la ponderación de su gestión de gobierno, en tanto que la mayoría de los argentinos tiene expectativas favorables para el próximo año, según revela un anticipo de una encuesta de la consultora CEOP.

Roberto Bacman, titular de esa consultora, señaló a Télam que "en los últimos meses se está recuperando la imagen de la Presidenta" y que "están apareciendo algunos números sobre imagen que no son los que indican nuestras encuestas".

"La recuperación de la imagen positiva tiene anclaje en ciertas medidas que tomó el gobierno en los últimos meses, como la asignación universal por hijo, el impulso de la reforma política, o la aprobación de la ley de medios", señaló Bacman.

En cuanto a la actitud de la gente para el próximo año, arroja un resultado "positivo, por las expectativas de mantener el empleo de la mayoría de los encuestados y de mejora en materia económica".

Hay 2 explicaciones a esta resurrección de Bacman:

> la impopularidad de Néstor Kirchner es irreversible, y la Quinta de Olivos está sondeando la imagen de Cristina,

> la Presidente se encuentra muy afectada por la difusión de encuestas que la desnudaron como la más impopular entre todos los mandatarios de la región.

Pero no será con una encuesta local paga como Cristina recuperará aquello que ha perdido.



Fuente: Urgente24

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sábado, 14 de noviembre de 2009

Moyano se desempeña con una impunidad escandalosa

El clima de semianarquía se potencia con las actividades de Hugo Moyano, que actúa como ariete del gobierno y cobra a precios muy elevados sus servicios.

Moyano se desempeña con una impunidad escandalosa. Con ese "modus operandi" consigue por la fuerza que cada vez más actividades se encuadren en el sindicato de los camioneros.

A este ritmo, quizás convenga incorporar en la Ley de Asociaciones Profesionales un artículo que diga: "Todo trabajador se presume camionero, salvo que demuestre lo contrario".

Pero en estos días se pasó de la raya. Bloquear la salida de los diarios más importantes de la Argentina no es sólo una muestra de patoterismo sindical; es, también, un ataque directo a la libertad de expresión.

Esas barbaridades fueron realizadas casualmente cuando sesionaba en Buenos Aires la asamblea anual de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), que se está llevando de nuestro país una imagen muy pobre, en especial en aquello que la concierne directamente.

Los Kirchner, siempre afectos a las teorías conspirativas, recelan de esa asamblea. Imaginan -y lo hacen decir por sus voceros habituales- que no es casual esa presencia en la Argentina justo en momentos de tensión entre el gobierno y el periodismo. No saben -o fingen no saber- que nuestro país fue elegido sede de la asamblea de la SIP el año pasado, cuando sesionaba la asamblea anterior.

Los corifeos kirchneristas no han dejado adjetivo denigratorio por decir sobre los miembros de la SIP. Sólo faltó la palabra "sinarquía", indescifrable término de vagas connotaciones antisemitas que sectores del peronismo usaron con fruición en otras épocas.

Lo cierto es que entre la ley de medios, la estatización del fútbol, los aprietes de Moyano y la utilización abusiva del canal 7, de la cadena nacional y de varias revistas que manejan amigos del poder y financiamos todos con publicidad oficial, el periodismo independiente corre riesgos indudables.

Fuente: Notiar.com

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martes, 10 de noviembre de 2009

El presidente Néstor Kirchner/El dueño

Por Luis Majul

Obsesión por el poder y el dinero, escándalos de corrupción, aprietes políticos para favorecer a sus amigos. Esas son algunas de las revelaciones del nuevo libro de Luis Majul, El Dueño . Aquí cuenta cómo hizo para investigar a Kirchner y por qué teme represalias.

Esta investigación puede ser presentada como la historia secreta de un adolescente acomplejado que se transformó en el presidente más rico, poderoso y vengativo de la Argentina.

Un libro que documenta los escándalos de corrupción menos conocidos. Que cuenta, por ejemplo, la trama de la polémica venta de YPF y la increíble y violenta guerra entre Kirchner y Clarín. Un libro que describe irregularidades en los negocios del juego, la obra pública, el petróleo, las finanzas, el transporte, la energía eléctrica y los medios de comunicación.

Una crónica que informa sobre un curioso viaje de importantes directivos de la AFIP a Río Gallegos para hablar con el contador de Kirchner y corregir su declaración jurada.

El Dueño también documenta la dependencia psicológica de la Presidenta, la evolución de la fortuna presidencial y la de los ministros y secretarios que estuvieron o siguen estando en el poder.

Néstor Kirchner se enteró de la existencia de El Dueño hace muy poco. Y, según mis fuentes, reprochó a funcionarios que le suelen adelantar la información no haberle avisado antes. El ex presidente no aceptó la propuesta de responder, una por una, todas las cuestiones que lo involucran en la investigación.

Es una lástima: hubiera podido explicar desde cómo confeccionó su última declaración jurada hasta por qué intentó hacer renunciar a su esposa después del voto no positivo de Julio Cobos.

Demasiadas cosas para ocultar

El Dueño se empezó a convertir en una obsesión hace más de tres años, cuando el entonces jefe del Estado me negó, no de buena manera, una entrevista para la película Yo Presidente, un documental no tradicional sobre los mandatarios argentinos desde 1983 hasta 2006, que, de todos modos, se estrenó en 2007.

Todas las personas, incluidos los presidentes, tienen derecho a decir que no ante el pedido de un reportaje. Pero en aquella oportunidad, las malas maneras de Kirchner habían llegado demasiado lejos.

El sabía que habíamos viajado especialmente hasta Austria, donde se celebraba la Cumbre de Presidentes Europeos y Latinoamericanos, con la intención de entrevistarlo. Antes del viaje, él le había transmitido al hombre de su mayor confianza que era muy probable que el diálogo se concretara.

Es decir: había jugado con el tiempo, las expectativas y el trabajo de un equipo de producción que había recorrido miles de kilómetros, ilusionado con la promesa del encuentro.

Kirchner sabía, desde el principio, que no iba a recibirnos. Sin embargo, no sólo eligió no conceder la entrevista. Se dio el lujo, a través de otro hombre de su confianza que ahora ocupa el mismo cargo en el gobierno de Cristina, de hacerme saber lo que opina sobre los medios en general y algunos periodistas en particular.

Fue una extraña madrugada de mayo de 2006 en la cafetería del hotel de Viena donde se alojaba la comitiva oficial. Los hombres cercanos al Presidente hablaban como si fueran semidioses; es decir, como si fueran a gobernar por toda la eternidad.

Allí comprendí, de manera cabal, que Kirchner desprecia a los periodistas que no lo adulan; que no tiene el más mínimo respeto por la información ni por el trabajo de los profesionales de prensa; que trata a la mayoría de los medios y sus trabajadores como si fueran intendentes del conurbano, necesitados de fondos frescos, y que jamás obtendría ni de él ni de la mayoría de los hombres de su gobierno datos objetivos e información confiable, por una razón muy sencilla: tenían demasiadas cosas que ocultar.

También entendí el mensaje implícito: a los periodistas que no merecen la confianza del Presidente y preguntan lo que no deben no sólo les negamos entrevistas, sino que también tratamos de humillarlos.

Tomé el avión de regreso a Buenos Aires el 13 de mayo de 2006, preocupado y decidido. Preocupado por la inusual conducta del jefe de Estado, y convencido de que debía trabajar, con mucho tiempo y sumo cuidado, en una investigación documentada y precisa sobre el hombre que estaba dispuesto a llevarse todo por delante.

Pensé, al igual que cuando empecé a trabajar en Los Dueños de la Argentina: si ponen tanta energía en evitar que se informe sobre ellos, es porque tienen algo muy serio que esconder.

También comprendí que el proyecto fracasaría si no lo mantenía en secreto hasta poco antes de la salida del libro. Kirchner, por mucho menos, ya había pedido a los dueños de los medios la cabeza de algunos de sus periodistas. Y no iba a ser extraño que lo intentara si llegaba a enterarse de mis intenciones.

Es más: en el transcurso de la investigación, pude confirmar que solicitó mi salida de la pantalla, junto a la de otros periodistas, cuando le empezó a disgustar el programa de televisión que todavía conduzco.

Pero ¿cómo lograría ocultar que estaba trabajando en un libro sobre el hombre más poderoso del país? Ya por entonces el Gobierno monitoreaba a empresarios, políticos y sindicalistas que hablaban mal de él, aunque fuera en secreto.

Entonces, diagramé un plan de acción. Durante el primer año, revisé toda la información que se había publicado sobre Kirchner, su gobierno, los empresarios amigos y las denuncias y causas contra él y sus hombres. Analicé cada uno de los proyectos de ley y los pedidos de informes que pudieran esconder cualquier manejo discrecional o sospechas de corrupción.

Durante el segundo año, hablé con más de cincuenta personas que lo conocieron muy bien durante las distintas etapas de su vida. A todos les pedí que mantuvieran en reserva el motivo de nuestros encuentros, y la mayoría cumplió.

En 2007, los dos periodistas que colaboraron en la investigación viajaron tres veces a Santa Cruz, dos a Chubut y otras dos a Córdoba para confirmar cada uno de los relatos y las denuncias que fuentes muy valiosas nos venían haciendo desde hacía tiempo. Ese mismo año, visité Río Gallegos para cubrir la protesta docente.

Fue muy aleccionador. En aquella oportunidad, terminé de confirmar que Kirchner gobierna y prevalece a través del temor y no de la seducción política, y que el clima en Santa Cruz no era tan diferente del que había percibido en Catamarca, en los años noventa, cuando viajé para cubrir la investigación por la muerte de María Soledad Morales.

Pero fue durante 2008, y en medio del conflicto con el campo, cuando las fuentes más importantes se empezaron a abrir más y comenzaron a contar cosas que jamás había leído o escuchado. En ese contexto, insistí para lograr las entrevistas exclusivas con los hombres de negocios considerados kirchneristas que no hablan con la prensa.

Los reportajes con Cristóbal López, Enrique y Sebastián Eskenazi, Claudio Cirigliano, Gerardo Ferreyra y Osvaldo Acosta, y también con Juan Carlos Relats, el enigmático y poderoso empresario que paga el alquiler del hotel que Kirchner tiene en El Calafate, no sólo servirán para saber más sobre ellos. También serán muy útiles para conocer los verdaderos secretos de cómo se vincula Kirchner con el dinero y con el poder permanente.

Confieso que, antes y después de esas circunstancias, tuve dudas sobre si seguir o no hasta el final. Las preguntas siempre eran las mismas. ¿Por qué casi ninguno de los colegas de nuestra generación, los mismos que invertimos años de energía en investigar los errores y la corrupción de los gobiernos de Raúl Alfonsín, Carlos Menem, Fernando de la Rúa y Eduardo Duhalde no podíamos hacer lo mismo con las administraciones de Kirchner y Cristina Fernández?

Era cierto que, durante los primeros años, Kirchner había tomado decisiones irreprochables. Desde su enfrentamiento con la Corte Suprema transera y su reemplazo por el mejor máximo tribunal del que se tenga memoria hasta su compromiso efectivo con la lucha por los derechos humanos y su voluntad de romper con los barones del conurbano. Pero ¿qué impedía, a partir de 2006, empezar a investigar su manejo discrecional de los fondos del Estado, la presión sobre los medios, las empresas, los sindicatos y cualquier organización o individuo que se atreviera a cuestionar sus decisiones?

El autoritarismo, el abuso de poder y la corrupción no son progresistas. Al contrario: son comportamientos típicos de la derecha y generan más injusticia y más pobreza.

Aparecieron a partir de entonces libros muy interesantes. Sólo por citar algunos: las biografías de Julio De Vido, Guillermo Moreno y Hugo Moyano. Los textos sobre la Justicia K, el caso Skanska y la valija de Antonini Wilson.

El libro sobre Luis D'Elía o la primera biografía de un Kirchner cuya imagen positiva superaba el 60 por ciento. Aun así, seguía repiqueteando sobre mi cabeza la teoría que había sugerido, en este suplemento, Laura Di Marco: la mayoría de los profesionales de la investigación periodística de los años 90 habíamos abandonado el compromiso original, por distintas razones.

El Dueño es un intento personal por mantener en alto los principios, las convicciones y la voluntad con los que soñamos muchos cuando nos hicimos periodistas. Puede leerse como una biografía no autorizada, una investigación sobre la corrupción en la era K o un intento de ensayo político para comprender qué le pasó a la Argentina en los últimos seis años, y lo que le podría pasar si Kirchner y la Presidenta no cambian a tiempo.

¿Deberían estar preocupados por la salida de este libro, como sugirió el funcionario del Gobierno que me pidió, con amabilidad, que lo informara en detalle sobre su contenido? Es una pregunta que no puedo contestar.

Sí sé que tanto a él como a ella parece importarles más lo que se publica en "letras de molde" que lo que se afirma en radio y televisión; que quienes los ayudan a evaluar el impacto de la información saben que ciertos libros de investigación periodística "no se evaporan" en el tiempo, como la noticia del día.

También imagino que Kirchner y quienes lo rodean son demasiado inteligentes como para tomar represalias. De cualquier manera, aconsejado por gente prudente, hice lo indispensable para evitar consecuencias indeseables.

Por ahora, sólo pienso en la posibilidad de encarar una segunda parte. Para 2011 faltan sólo dos años, pero podrían llegar a ser los más intensos de la época.

Sería ideal, aunque poco probable, que para entonces Kirchner y la Presidenta también respondieran un gran reportaje, sin condicionamientos de ningún tipo.

Una fuente oficial, muy fidedigna, sostiene que Cristina está pensando seriamente en mejorar su relación con los periodistas y los medios.

Ojalá ese pensamiento se transforme en realidad. Significaría un cambio para bien en todos los sentidos.



Fuente: La Nación

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